Cece y Debbie comparten su viaje de embarazo y nos explican cómo formaron su familia con la ayuda de un donante.

Primero conocimos a Debbie y Cece en su casa de Ámsterdam mientras preparaban el desayuno y, su hija Tayen se movía felizmente en su silla Bugaboo Giraffe.

Siempre habían tenido en mente formar una familia, pero el hecho de ser una pareja del mismo sexo las llevó por un camino hacia la maternidad que no esperaban. Recurrieron a un amigo para que fuera su donante de esperma. Este camino hacia la maternidad fue especialmente inesperado para Debbie, nos cuenta.

Debbie, una directora de marca y diseñadora de interiores, y Cece, responsable de desarrollo creativo de música en una agencia de publicidad, se conocieron en una app de citas en Ámsterdam. Cece siempre vio la maternidad como un enriquecimiento. Para Debbie, la maternidad también era un objetivo, sin embargo, siempre asumió que seguiría un camino distinto. 

Antes de Cece nunca había salido con mujeres, pero la idea de Debbie de formar una familia se hizo realidad muy pronto cuando se conocieron: "Estaba buscando una madre para mis hijos y no un padre".

El viaje hacia la maternidad empezó buscando un donante de esperma. Inmediatamente, ya sabía a quién querían preguntar, a un amigo adorable, cariñoso y creativo, con todas aquellas características que querían para su futuro hijo. 

Aunque ya sabían a quién preguntar, el hecho de hacerlo por videollamada fue otra historia. Para Debbie, la espera de la llamada le provocó algo de confusión, se sentía como una niña de 12 años cuando le pide a alguien para salir... Pero no tenían por qué preocuparse. "En el momento en que se lo pedí, fue súper especial, me respondió, ¡sí, sí, por supuesto que si! Y empecé a llorar." recuerda Cece.

Tras los nervios iniciales para contactar a su amigo, el hospital fue su próximo reto. "Realmente fue muy difícil encontrar el hospital adecuado," explica Debbie, "porque no siempre ayudan a parejas lesbianas". Tras una larga búsqueda y finalmente encontrar el sitio perfecto, se enfrentaron a largas listas de espera, por lo que el hospital recomendó que lo hicieran por su cuenta.

Así que, equipadas con el equipo de inseminación del hospital, viajaron a Berlín para encontrarse con su donante. Debbie describe la mañana en que fue a recoger el esperma como un instante mágico, era una mañana atípicamente tranquila y relajada en la ciudad. Tras pasar más dificultades mientras esperaba afuera al donante, Debbie se metió cómodamente la taza debajo de su suéter, ¡lista para regresar a casa en bicicleta con Cece! "Me siento como si fuera a la panadería a coger un cruasán," explica Debbie, "pero es un cruasán súper, súper especial."

Como lo describe Cece, el proceso de inseminación fue una experiencia preciosa, muy familiar, de las dos, junto a su pequeño perro. Y, lo que pensaron que iba a ser una prueba, resultó en su embarazo: "¡Sí, tuvimos muchísima suerte! Fue a la primera."

Cece describe a Debbie como una mamá extraordinaria, dulce y juguetona que cuida de ellas increíblemente bien. Pero es un papel que Debbie inicialmente se cuestionó después de no estar embarazada de su hija.  

Detectó que había muy poca orientación para ayudarla a emprender su nueva vida hogareña como familia y convertirse en madre sin estar embarazada. Los conflictos de Debbie tampoco disminuyeron con las preguntas de algunos conocidos, como "¿Quién es el padre en la relación?".

"No tenemos roles de género de forma tradicional," afirma Cece, explicando cómo han lidiado con esas reacciones."Tan solo somos una pareja criando a nuestro bebé" Al educar a Tayen, Debbie reconoció plenamente sus habilidades como madre: "Soy una madre, pero sin estar embarazada". Y es un sentimiento compartido por todos aquellos que las conocen y saben lo afortunada que es Tayen de tenerlas como madres.